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Turismo e imaginación

El turismo hoy en día ya se considera una actividad económica importante, y tanto el sector privado como el público dedican más recursos a este apartado. No hay más que ver la repercusión que está teniendo estos días Fitur 2016.

Pero no siempre se consiguen los resultados esperados. Uno de los balances más negativos de 2015 en Aranda ha sido precisamente el de las visitas registradas por la Oficina de Turismo de la localidad: 34. 572,  casi 3.000 menos que en 2013, lo que supone un descenso del 10% con respecto a ese año.

Y cuesta entenderlo, porque en 2014 Aranda de Duero acogió la muestra de Las Edades del Hombre, atrayendo a 163.157 visitantes. Se hizo un gran esfuerzo de promoción,  pero un año después ese esfuerzo no ha quedado reflejado en las estadísticas, e incluso éstas presentan resultados aún peores que antes de la gran exposición de arte.

¿Qué ha pasado?  Lógicamente el Ayuntamiento de Aranda se defiende argumentando que los datos de visitas registradas en una Oficina de Turismo no tienen por qué coincidir con los visitantes reales que acuden a la ciudad. Pero habría que preguntarse también si de verdad se está haciendo una política coherente para mejorar esta situación.

Porque una vez finalizada la exposición Eucharistía, las dos iglesias que albergaron las obras de arte se mantuvieron meses cerradas al público. Ahora Santa María abre, con limitaciones, así que parte de los turistas se tienen que conformar con disfrutar de su espléndida fachada.

El caso de San Juan es aún más sangrante.  Antes de las Edades del Hombre era la sede de un Museo Sacro permanente, con obras de arte de cierto interés. Ahora está cerrado y su puesta en marcha le supone un coste económico al Ayuntamiento (se barajan cifras cercanas a los 200.000 euros),  y no se están dando pasos ágiles para solucionarlo.  San Juan

También está cerrada la Bodega Las Ánimas, por problemas de humedades, después de haber realizado en ella un trabajo de interpretación interesante para las visitas.

El caso es que Aranda tiene todavía más espacios de interés turístico. El Museo Casa de las Bolas, frente al antiguo Museo Sacro, está gestionado de forma privada y con tan sólo una exposición de las obras del coleccionista de arte Félix Cañadas y 100 litografías de Dalí ha logrado incrementar el número de visitas año a año. Y salir en un conocido programa televisivo, “Zoom Tendencias”.  El Museo de Cerámica alberga exposiciones y actividades más que interesantes.  En la ciudad también hay un  atractivo Museo del Tren y un Museo del Juguete Antiguo.

Además están los ríos, Duero, Bañuelos y Arandilla, el primero de ellos con un sendero de Gran Recorrido que ya van utilizando los arandinos para pasear o practicar deporte.  Y una variada oferta gastronómica en la ciudad, capitaneada por el lechazo asado, pero complementada con creaciones gastronómicas que están llamando ya la atención fuera de la ciudad.

Como complemento, alrededor de Aranda se sitúan las cada vez más conocidas bodegas de la Ribera del Duero, que sí están registrando continuos incrementos de visitas año tras año.

Es decir, recursos turísticos hay de sobra. Entonces…  ¿qué pasa con Aranda?

Porque da la impresión de que el visitante llega más atraído por la gastronomía que por lo que puede ver o hacer en la ciudad, probablemente porque lo desconoce.

Quizás falte una verdadera implicación del Ayuntamiento  en potenciar el desarrollo turístico de la ciudad. Con un plan coherente y una acción coordinada para gestionar todos los recursos que posee. Con personal comprometido e ilusionado, con horarios fijos, con una promoción continuada y adecuada a los tiempos que corren (perfiles en redes sociales)…

O quizás simplemente falte imaginación.